¡Al fin! Una buena noticia para el agujero de ozono

Se encuentra sobre la Antártida y los datos previos son alentadores

El planeta se debía al menos una buena noticia, y es que el agujero de ozono en la Antártida comenzó a formarse este año dos semanas antes de lo esperado al tiempo que los datos predicen que será de menor tamaño y de menor duración. Esto, a su vez, confirma la tendencia a la recuperación de la capa de ozono, según el Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS).

El dato positivo llega en el marco del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que conmemora la firma del Protocolo de Montreal en 1987, fecha en que casi 200 países y la Unión Europea se comprometieron mediante la firma de un documento a proteger la capa de ozono mediante la prohibición de las sustancias químicas responsables de su deterioro.

Los datos del Copernicus Atmosphere -servicio dependiente del Centro Europeo para Pronósticos Meteorológicos de Mediano Alcance- confirman que “tenemos motivos para felicitarnos por el éxito del pacto de Montreal, porque está funcionando”, según afirma Fernando Valladares, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Museo de Historia Natural, a la agencia EFE.

Ozono

Vale recordar que la capa de ozono se encuentra en la estratosfera, por encima de la atmósfera, y se extiende desde los 15 hasta los 35 kilómetros de altura aproximadamente. Su función, de absoluta importancia, es actuar como un escudo para proteger la vida humana de la radiación ultravioleta porque, de no existir, no habría vida sobre la superficie terrestre. Igualmente, el científico recordó que “esta buena noticia no debe relajarnos”.

“No hay tiempo para relajarse, ya que el cambio climático también deteriora la capa de ozono, al provocar el enfriamiento de las capas superiores, entre ellas en la estratosfera. Son necesarias las revisiones periódicas del uso de químicos, ante el resurgimiento de algunos cloroformos que emiten China y otros países y que contienen compuestos dañinos para el ozono”, recordó.

Calentamiento global, más rápido

“Las emisiones de gases del efecto invernadero producidas por los combustibles fósiles están calentando la superficie de la Tierra más rápidamente de lo previsto”, revelaron nuevos modelos difundidos por el Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas y el Instituto Pierre-Simon Laplace de Francia. Estas investigaciones se tratan de una nueva generación de sistemas que servirán como argumento para confeccionar el próximo informe extendido del IPCC en el 2021.

“En el 2100, al ritmo actual de emisiones, la temperatura media podría aumentar entre 6,5 y 7ºC respecto a los niveles preindustriales. Esto supone hasta 2ºC más de lo que previó el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en su Quinto Informe de Evaluación del 2014″, detallaron los nuevos cálculos. “Los objetivos del Acuerdo de París de limitar el cambio climático a un aumento bien inferior a los 2ºC y a 1,5ºC de ser posible, serán todavía más difíciles de alcanzar”, agregaron.

“Con nuestros dos modelos, vemos que el escenario que nos permitiría permanecer bajo los 2ºC no nos sirve”, explicó Olivier Boucher, director de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), a la agencia AFP. Con un calentamiento global de +1ºC hasta ahora, el planeta ya está padeciendo las olas de calor más intensas, sequías, inundaciones, entre otros fenómenos extremos.

Las temperaturas en el mundo nunca se habían incrementado en los últimos 2.000 años tan rápidamente como en la actualidad, de acuerdo con unas alarmantes cifras difundidas hace unas semanas y que, según los expertos, deberían acallar a los escépticos del cambio climático. Mientras que gran Europa padeció hace poco una segunda ola de calor en un mes, dos investigaciones diferentes analizaron la historia climática reciente de nuestro planeta.

“Se utilizaron datos de temperatura compilados a partir de cerca de 700 indicadores: anillos de árboles, testigos de hielo, sedimentos lacustres y de corales, así como termómetros modernos”, detalló el primer informe publicado en la revista Nature. “Durante la pequeña era glaciar (de 1300 a 1850) si bien se registró un frío extremo en Europa y Estados Unidos durante varios siglos, no ocurrió lo mismo en todo el planeta”, explicó el texto.

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